Siempre he soñado con tener espacios literales donde aterrizar todo lo no literal. Que salga un poema en mi cabeza y tenga ya hoja enfrente donde escribirlo. Que por obra de magia se compilen, se editen y me encargue yo de publicar. Que vea una imagen mental y no me falte la habilidad de poder traducirla a un canvas. Que mis ideas visuales tengan hilo conductor y pueda alguien caminar en la exposición y entender el paseo mental que la neurodivergencia puede crear.
Sueño con una vida donde la conexión entre lo que vive en mi cabeza sea de aterrizaje fluido en pista abierta, sin turbulencia, hacia mi vida real. Idea - acción - producto tangible/arte compartible.
Son tonteras, tal vez, hay que lidiar con todo lo que se interpone en el camino para dar por completado un proceso creativo. Se vale soñar y se vale también crear espacios y días donde así sea y así se sienta.
Inmaduramente me molesta que existan tantas cosas que obstruyan que este proceso sea así de directo, así de fluido. Me enoja, más allá de mi experiencia, que haya tanto talento, ideas y ganas y no siempre hayan recursos, materiales y sobre todo el lujo del tiempo y espacio para crear.
La creatividad es sagrada, tener tiempo y espacio para conectar con ella, es un verdadero lujo. Existen claro, miles de maneras para bajarla en el día a día. Por eso me apasionan las sesiones largas y puntuales de escritura estratégica creativa. Porque con una vez de sentarte a escribir, descubres mucho sobre ti y tienes la oportunidad de implementarlo en tu vida. Y asi, mejorar tu calidad de vida drásticamente, con cambios no drásticos. The pleasure of small tweaks having a big impact.
Pero cuando se trata de crear con connotación artística, se siente casi como tener que robarle tiempo a una realidad que existe, no en la que escogemos existir. Un derecho que hay que reclamar, algo que defender, una razón para casi arrebatar de regreso la atención que nos pertenece pero está siendo siempre jalada en otras direcciones. Lo que los demás esperan de nosotros, pagar impuestos, recoger tintorería, mandar ese mail, resolver ese problema, lidiar con migrañas, las a veces tontas pero constantemente presentes preocupaciones de existir en este siglo.
Vivo en una burbuja que se me revienta cada vez que alguien me reclama que no he respondido Whatsapp, que me doy cuenta de que no felicité a alguien que amo en su cumpleaños o que probablemente me vi mal por no hablar tanto en mis días de procesos introvertidos. Yo me acepto así, sólo odio sentir que tengo que traducir.
La paz mental, junto con la creatividad, un derecho que cultivar y reclamar. Si no hacemos nada por estar con nosotros, lo que está disponible, no hace mucho por nosotros. Me refiero a la parte de nosotros que sabemos a un nivel profundo que quiere existir, que quiere expresarse, que tener escondida resulta en una incómoda inseguridad enterrada que se asoma cuando escuchamos la palabra ‘‘autenticidad’’. Manchado su significado por ser sobre usada, pero de propuesta clara: Cualidad de auténtico. Osea, consecuente consigo mismo, que se muestra tal y como es. (RAE)
‘‘Se muestra tal y como es.’’
Y si, tal vez nos mostramos tal y como somos. Con nuestra experiencia actual, integrando de donde venimos, honrando y siendo claros con a donde queremos ir, dejando que nuestros chistes y humores resbalen por la lengua y toquen el aire y reservando algunas privacidades.
Pero yo creo que uno se va mostrando tal cual es solamente hasta el grado al que se conoce tal cual es. Y en mi opinión, la vida ‘‘normal’’ no da muchos espacios para conocerse a profundidad. Uno se deja ser libremente es espacios donde sabe que será recibido sin juicio y sin peligro de rechazo. Esos lugares son especiales y esporádicos, pero sobre todo, deberían de ser auto creados, auto regalados y constantemente buscados.
No te enteras de quien eres juzgando quien fuiste durante un día normal. Tu experiencia siendo tú está privada (o nutrida y proporcionada) por la pista de aterrizaje que tu entorno próximo te da para explorarte.
El autoconocimiento y el auto concepto, como la creatividad, son dos cosas que se dan a mayor profundidad cuando se busca y procura darles tiempo y espacio. Empezando, por hacerlo en privacidad. Para luego ir sacando a pasear lo que descubre a la medida que le sea cómodo, funcional, genuino y seguro.