Estoy en un viaje de kite. Kitesurfing es un deporte de agua en el que te conectas a un kite enorme con un arnés en tu torso y aprendes a manejarlo como una bicicleta para navegar el viento. En tus pies traes un tipo de tabla en la que te vas a deslizar por el mar mientras el viento es el que te lleva y tu eres la que le da dirección. Jugar con los elementos me parece mágico, ahora me sorprende el viento. Nunca había pensado tanto sobre el viento. En modo práctico y como factor clave y gasolina para hacer algo. Y en modo espiritual, cuántos mensajes carga el viento.
Se habla lenguaje reloj. ‘‘Pon el kite a las 12, mantenlo entre 12 y 1’’. Jamás pensé que fuera un deporte tan extremo. Mi cara conoció el agua en modo bautizo como tres veces. Me duele todo, pero sobre todo el cuello. Mi coach me dijo que soy buena y que pararse al día dos es rápido. Pero definitivamente es un deporte que requiere paciencia y presencia.
Entre las quejas del dolor y de lo que sea que haya en el agua que pica, me fascinan estas cosas. Seis días de inmersión en algo que de otra manera no aprendería. Estas cosas no pasan si no se hace tiempo y espacio para que pasen. A futuro siempre terminan creando más oportunidades y rango de actividades que te atreves a hacer. Y convivir así con amigas, es una manera super diferente y divertida de bondear. Hemos tenido grandes pláticas y acabas borracha de sol. Hemos muerto de la risa en las noches. Yo no sé cómo acabé en Progreso, Yucatán haciendo kite con mis amigas 6 días pero aquí estamos. La vida me sigue llevando a lugares a los que a mí no se me hubiera ocurrido ir sola. Acepto.
‘‘El viento carga mensajes. El viento te habla en susurros que si sabes estar en silencio, podrás escuchar.’’
Alguien me dijo esto hace poco. Me acuerdo que me sonó bonito y poético pero no lo bajé a la práctica hasta ahora. Me está gustando mucho esta playa y los mensajes que trae su viento:
-No vivas en la culpa o en el cansancio de lo que tienes pendiente hacer, crear o cambiar. Aprende a frenar para reajustar tu energía, entender qué te está manteniendo en resistencia y tomar una decisión firme de seguir adelante en las cosas que sabes que más te importa ser, vivir y crear.
Sentir culpa es un bálsamo disfraz para excusar algo que hiciste o algo que estás dejando de hacer. En vez de cambiar, perdonar y decidir funcionar diferente. Ese no es bálsamo, es veneno.
-Encuentra la manera cercana de hacer las cosas que deseas y hoy ves lejos. No te canceles la posibilidad de explorar los temas que te llaman la atención por las limitaciones que percibas actualmente en tu vida. Haz tiempo para pensar en soluciones creativas que te acerquen a empezar a aprender de cualquier cosa que te llame.
Recuerda que cuando algo sigue tocando tu puerta a través de los años, es porque te está pidiendo que la abras. Tal vez la vida que estarías felizmente viviendo está del otro lado de esas puertas que vives ignorando.
Si te llama empezar a escribir, hazlo hoy. Hazlo ya, es gratis. Mata tus ideas de por qué no puedes o lo que no sabes. Ponte a aprender, ábrete a recibir guía. No te canceles.
Si te llama aprender un lenguaje, habrá una vida disponible para ti en los lugares donde se hable o con las personas que se comuniquen solamente en este idioma. Ábrete esa puerta aprendiendo las cosas que tu curiosidad no deja de traer a la mesa.
-Mantén presencia con el proceso que estás viviendo hoy. Es la única manera de ver las joyas que hay en el desde ahora y no esperarte a que sea en retrospectiva. Se sienta como una etapa bonita, difícil, bendecida o triste, haz presencia para identificar lo que hay en su totalidad. Nada es blanco y negro y en retrospectiva nos encanta apreciar y hasta extrañar las épocas complicadas.
No esperes a que pase un susto, una despedida, un final para apreciar lo que hoy tienes entre manos. Hay cosas que es una elección sostener y cosas que duran lo que la vida nos las presta. Aprécialo todo cuando lo tengas en tu vida. Identifica las joyas de tu proceso actual. Reconoce tu suerte, por más pequeña que en temporadas se sienta. Que tu suerte sea ser quien siempre la identifica y reclama en su presente.
Hasta hoy, eso me ha dicho el viento. Toca seguir escuchando. Escuchar más, eso también me pidió.
A ti, si te pones a escuchar, ¿qué te dice el viento hoy?
-Marguga
El viento hoy me dice que salga más de mi zona de confort🧚🏻♀️
Qué lindo!!!!