Actuar como si actúo

Apuestas randoms que terminan siendo intencionales

Lunes a las 11 AM. Estoy completamente maquillada como “invitada de boda”. Me gusta traer pestañas, me siento en personaje. Ceci, mi amiga me pidió ser su modelo para una prueba de maquillaje. Aracely, que estaba limpiando a mi alrededor me pregunta si soy modelo. Me incomoda esa pregunta, siempre. No estoy diciendo que parezco modelo, pero me la han hecho y me da vergüenza. No sé por qué. Decir que soy actriz, me divierte. Es la mentira con la que más me he divertido. 

Mentir sobre actuar era casi tan divertido como actuar. La energía de la idea, sin la práctica me daba risa. Estaba en Madrid y había un grupo de hombres murmullando. “Si es, si es” decían. “Si soy quién?” volteé a preguntar “La actriz mexicana!” “Aaaay, han visto mis películas?”. Se rieron todos confirmando (erróneamente) su sospecha. Me preguntaron que qué hacia por Madrid y les dije que venía regresando de filmar una película en Sevilla con Antonio Banderas. Estaban todos con copas encima y nadie me cuestionó, todos me creyeron. Como el señor que no me creyó que no estaba en la industria. Dicen que los extraños a veces te leen más posibilidades que tus conocidos.

Dos días después estaba en la calle con mi hermana y pasa un guero (rubio en España) y grita “Ah! La actriz” me saluda con dos besos, pregunta que tal y sigue con su día. Mi hermana y mi amiga fruncen el ceño, se ríen “por qué te dijo la actriz?”. Les conté la historia, nos reímos y seguimos con la vida.

Entre broma y broma la verdad se asoma.

Sí actúo, tomo clases y amo actuar. Pero ha sido una parte de mi vida desde antes de serlo de verdad. Sin contar las obras de teatro que hacíamos en mi clase de literatura de chica y la vez que salí de abuela en un show y las veces que he salido en anuncios ‘‘actuando’’. Hubo una gran pausa en mis hazañas de actriz y hace un año revivió. Actuar es tan divertido, te pone tan vulnerable. Y las ideas y juicios que tenía sobre los actores fueron probando ser inciertas cuando conocí a más actores. Los de teatro son diferentes a los de cine, admiro a los dos.

Esta semana vuelvo a clases en El laboratorio de actores. Se ha vuelto uno de mis lugares favoritos en esta ciudad. Un lugar de paz, de posibilidades y sobre todo de reto. Cuando entré, todos eran actores de profesión menos yo. Eso me obligó a adaptarme lo más posible a su nivel y a tomármelo enserio. No había con quien hacerme mensa o mantenerme chiquita. A veces es más fácil hacer algo nuevo e incómodo rodeada de extraños porque no tienen idea de quién eres. No te conocen con las limitaciones con las que tú te limitas. Y si te presentas en un lugar donde todos van a hacer algo y hacerlo bien, una fuerza extraña saca de ti lo más que pueda para adaptarse al nivel de lo que está pasando.

Las cosas intencionales que decidimos en la vida pueden estar compuestas de las miles de cosas randoms que decidimos hacer por diversión, por curiosidad o por expander nuestra experiencia. Todo lo que he hecho que ‘‘nada que ver’’ ahora tiene todo que ver. Y creo que los caminos creativos así son. Se guían por la curiosidad y premian satisfacerla por el simple hecho de hacerlo. Así como hablar con extraños nos regala información que algún conocido no habría de darnos, abrirnos a experiencias nuevas, raras o fuera del carril en el que estamos acostumbrados a estar, abre caminos nuevos.

El Winter Arc habla de disciplina, de orden y de enfoque. Pero tal vez esta etapa te está pidiendo cambio, desorden, apuesta, diversión, explorar justo las areas en las que no te ves existiendo. Y aprendiendo a existir en ellas.