Huele a fresco, diferente, a que esta vez no dudas de lo que te escuchas decir porque sabes el compromiso interno que hay detrás de tus palabras. Y ni siquiera tienes tantas ganas de decirlo, porque lo sabes. Como una verdad fundamental, de esas que constan tanto por dentro que rara vez las contamos por fuera.
En diciembre usamos la afirmación ‘‘estamos haciendo las cosas diferente’’ para poner una incisión en lo automático y movernos de manera consciente e intencional. No creo que sea necesaria una intensidad agresiva al momento de querer cambiar nuestra vida. Eso funciona en resultados tal vez. Intensear con el ejercicio y empezar a ver tus músculos marcados. Decir que sí a todos tus proyectos de freelancing y ver más dinero pero sentir menos libertad y más fatiga.
‘‘Hay que buscar acortar las distancias de tu péndulo’’ me dijo en una sesión de terapia. Los visuales sirven para acompañar ideas y que se expandan en nuestra cabeza. Sabemos al ver nuestro péndulo cómo se sienten o qué son esos dos extremos en los que topa. Y este año más que topar, es mantenerlo circulando en donde se mueva en armonía. ¿Has visto cómo alguien mide o cata la energía de una casa o una cosa con un péndulo y si es la correcta se mueve con balance y si no, el movimiento brusco informa que ahí no es?.
Tal vez es hora de explorar con otro tipo de cambio. Uno que incluya facilitar que florezca lo que ya es tu esencia y lo que está en tu naturaleza. Uno que incluya que lo que es lo más tú, exista con más facilidad. Esto también incluye dificultades y resistencia pero en la dirección y por la razón correcta. Porque el camino fácil también te cobra con la inquietud de saber cómo sería vivir tu camino acertado.
Cambiar.
Cambiar sobre todo la manera en la que pasas los tiempos muertos. Y darles vida. En un tren hace cuatro años en el boleto que traía de separador escribí: