En el último departamento había oscuridad total. Sin tender cama, escondía mis pies entre las colchas, casaba mi cara con la almohada y dormía hasta que algo en mi sueño me despertara. Me lavaba los dientes para poder tomar agua y me vestía para poder tomar café. Agradecía que existía algo que me movía lo suficiente para empujarme a salir.
¿Cuánto toma …