La vida es muy rara y muy mágica.
Tenemos estructuras, días, meses, horas y temporadas para intentar entenderla. Y aún así, pasa un eclipse y se nos mueve el mundo interno entero. Cómo nos gusta fingir que cosas que inventamos nos hacen entender algo enorme que nosotros no inventamos. La interpretación de la vida también es un juego. Yo tengo muchas interpretaciones que me guían como hechos y tengo evidencia personal de que son ‘‘ciertas’’ pero nunca sabré.
Como tomarse un buen descafeinado, yo disfruto los placebos. Una combinación de verdades profundas, de vivir en impulsos naturales que causan alegrías y una dosis esporádica de placebos que hacen que la vida se sienta más mágica. Y si la prueba de la magia es que se siente como tal, estos placebos para mi, son más reales que las horas y los días. Todos tenemos veinticuatro horas, todos las llenamos de cosas diferentes. Cada cosa detona un ritmo más rápido o más lento, progreso o estancamiento, no vivimos en el mismo ritmo, aunque vivamos en los mismos horarios.
Si tu vida se siente monótona, mueve una pieza de tu ajedrez que normalmente no mueves pero que ya conoces el resultado de hacerlo. Como si sabes el bien que te hace hacer ejercicio y llevas meses ignorándolo y comprándote la idea de que no tienes tiempo. El bienestar y la creatividad no están peleados. Por lo contrario, son hermanos que se necesitan y cuando se tienen, crecen a la par.
Para mi, una de las definiciones de magia es habitar con tu cuerpo ideas que habitaban en tu cabeza. Mientras mejor salud mental (que te ayuda a ejecutar) y flujo de ideas, más magia pasa por tu casa. Por eso los arquitectos se me hacen de los más especiales pero magos más normalizados. Ellos pueden caminar de manera literal adentro de sus ideas. Y no lo hacen solos, coordinan equipos enormes de personas que contribuyen a que una casa, edificio o espacio exista. MA-GIA.
Me he pasado estos días en un trance, una combinación de tranquilidad profunda y orgullo por las cosas que estoy haciendo diferente y me están funcionando. Y por otro lado, una desconexión y falta de ganas naturales de hacer tantas cosas que para mi ya eran normales. Sigo trippeando el hecho de que socializar demasiado es detrimental para hacer cierto tipo de artes. Convivir con personas nuevas te puede inspirar, llenar de ideas, dejar ver otros mundos. Esto definitivamente puede estimular la creatividad. Pero hay un cierto tipo de proyectos que necesitan un lugar muy particular para existir. Ese espacio de silencio en la mente, de calma en el corazón, de que tu alma no le deba nada a nadie.
Y entiendo la idea del networking etc etc etc. Pero también se me hace de esas cosas que nos hemos inventado como estructuras a seguir. No hay nada mejor que tener relaciones intimas y cercanas te hagan caer en ese espacio tan pronto entras en convivencia. No es que socializar sea detrimental, es el tipo de convivencia, conversación y espacio que sea crea en cada interacción.
Hay un tipo de intimidad que se crea al crear junto a alguien, al sentir que puedes dibujar, escribir, cocinar, hablar y expresarte frente a alguien de la misma manera que lo haces cuando estás solo.
Ese tipo de convivencia es la que me llama.
De manera también mágica, haber cambiado mis hábitos este abril, cambió por completo mi manera de tomar decisiones. Entonces, cambiaron también los planes a los que voy, por ende, las personas con las que convivo, lo que escucho, lo que me encuentro y lo que se vuelve parte de mi.
Dicen que la vida te refleja quién estás siendo y en este momento está siendo tan acertado el espejo en el que me veo. Y eso vino de dejar de hacer ciertas cosas y ser más disciplinada y constante en otras. Pero los cambios grandes también pueden venir de lugares suaves, de rendirse a la verdad. De, justo, soltar los placebos que te hacen daño; el cigarro sólo quita la ansiedad que te da. Tomar alcohol no es requisito para llorar de la risa y conectar con personas nuevas. La naturaleza sí tiene remedios que jamás encontraremos en un frasco o deslizando el dedo gordo en la pantalla a ver qué frase nos inspira por segundos, para luego volver a dormitar. No le debes nada a nadie y las jerarquías son una ilusión que comprar te llenará de inseguridades.
La autonomía y dominio de ti es de las cosas más valiosas que tienes y que puedes pulir día con día. Tu libertad está también en reconocer qué partes de tu realidad no reflejan tu esencia, tus prioridades o simplemente aterrizaste en ellas y no te has dado el tiempo de volar fuera de ahí.
Abril está siendo atómico después de habernos tomado el tiempo para alinearnos con lo que sabemos que es importante. Como por arte de magia, lo que escribí en mi archivo de mes se volvió un compás que he seguido con facilidad y que ha resultado en satisfacción profunda y claridad de lo que ya no funciona en mi vida.
Abril también es mes de reconectar con nuestro arte, con la abundancia que se hace disponible cuando dejas de enfocarte en estupideces y funcionas desde tu intuición y carácter. Es mes de vivir desde un lugar creativo, de renunciar a comportamientos, lugares, hábitos y conexiones que te desconectan de tu esencia. Todo eso de ‘‘volver a ti’’ es primero resultado de haberse alejado.
Y en los trabajos creativos, también pasa. Es momento siempre de reclamar y re centrarse en la autonomía creativa, el carácter intuitivo y en la constante toma de decisión dominó que sabes que alterará el camino al más alineado posible.
La libertad no es estar desligado de personas y de responsabilidades, la libertad es elegir cuáles son las que quieres sostener, y nutrirlas con todas tus ganas.
Si escogiste ser freelancer, encuentra tu manera de mantenerte free.
“Hay un cierto tipo de proyectos que necesitan un lugar muy particular para existir.” Yo creo que justo por eso son los proyectos más especiales, por ese lugar tan particular desde el que se crean. ✨
Que bien se siente recordar nuestra magia, cuestionar y decirnos la verdad