Un espresso, un americano y un latte
Leyes inventadas de la creatividad para dejarla existir
Antes de comer, pero siempre con café. Con el pelo recogido, la cabeza clara y una vela prendida cerca. Quisiera decir que siempre de soya y siempre vegana. Pero cuando la prioridad está clara, es fácil seguir sin trabarse en los detalles. Importa lo que importa y que salga lo que tenga que salir. Así me siento a escribir.
Generalmente suena jazz, me manda a Nueva York. Eso a veces me contenta y a veces me distrae. Entonces paso a lo-fi chillhop que me recuerda a Mac Miller no sé por qué y lo extraño. Y casi siempre termino con Productive Wave para subir a una ola de pensamientos productivos. No necesariamente actividades, sólo para disfrutar lo que piensas mientras la escuchas y que sea fácil quedarte en el mismo canal.
Creo que ese es el tema con la concentración y terminar las cosas, la tendencia a querernos cambiar de canal cuando las cosas se ponen difíciles. Que generalmente es el pico en el que empezarían a funcionar y luego se ponen más fáciles. Esta semana cambié muchas cosas en mi práctica personal de escritura. Me encanta hacerme preguntas incómodas y quedarme a responderlas. Ahí es justo cuando más me quiero escapar. Cuando ‘‘ya me aburrí’’ cuando ‘‘tengo que hacer otra cosa’’ cuando ‘‘mañana le sigo’’ o ‘‘¿esto qué?’’.
Uso y te propongo esta afirmación para cuando estés en medio de algo que sientas difícil pero sepas que por algo empezaste: ‘‘Cuando me quiero escapar, me invito a quedarme. Sé que ahí está el regalo que puedo darme.’’
Sólo con ser consciente de que esta dinámica de escape existe, puedes cultivar paciencia y sentir tranquilidad cuando estos momentos lleguen. Si ya sabes qué es cuando llega, sabrás mejor cómo manejarla y seguir a pesar de ella.
El miedo a cambiar se disfraza de cosas sencillas y fáciles de usar como escudo y excusa. Tomar tus visiones mentales e intuiciones como compás para seguir adelante cuando dan ganas de parar, es lo que te va a llevar a la realidad que ves lejos, sueñas cerca y continuamente vas hacia ella y luego regresas. Regresar es fácil, porque no requiere que hagas nada. Al dejar de implementar cualquier voto hacia el cambio que querías, te quedas donde estás, regresas. No quiero decir que esté mal. Sólo creo que vale la pena acostumbrarse a sentirte satisfecha/o con tus vida, con tus decisiones y con todas tus exploraciones internas. Que para mi, son las más divertidas. Un inside joke, un romance propio, un ‘‘nadie me quita lo que nadie me da’’.