La intuición es tan buena como es agresiva. Agresiva a la realidad que hemos idealizado. Atenta contra las ideas cómodas que tenemos sobre cómo son las cosas. La intuición no duele, duele que se nos rompan las ideas que tumba cuando llega ya de manera innegable.
Pero es la misma que nos da, nos regresa y nos propone siempre un camino más acertado para nosotros. No habrá que pelear contra la intuición. Será innecesario tratar de ahogarla cuando surga. Si a algo hay que tenerle miedo es a vivir la otra vía. Esa donde nos hacemos tontos, donde fingimos sonrisas sutiles, donde checamos la lista de lo que es pasable y nadie nos cuestionará.
Mi intuición ha sido violenta porque me ha mandado en giros constantes. Ni siquiera creo que me pertenezca darme el crédito por seguirla, como a veces me reconocen mis amigas. Habla tan fuerte que si no la escucho, siento que me quedo sorda. Y yo quiero vivir de ojos y oídos abiertos. Aunque duela.
Escribo esta carta en medio de un duelo y con los dos pies en una realidad más acertada. Tener casa ha significado mucho más de lo que algún día pensé. Volver a vivir sola, después de años es como re conectar con una amiga de la infancia. Es el mismo sentimiento de siempre al verse, pero te estás conviviendo con alguien totalmente diferente.
Los años nos cambian, los votos de fé que terminan en decepción. Los acercamientos a curiosidades nuevas que terminan en suertes infinitas y se vuelven parte de nuestra identidad. Las pieles que soltamos, las pisadas que damos y las personas en las que nos convertimos. ¿En qué momento cambiamos tanto? ¿Cuándo dejé de satanizar el cigarro? ¿cuándo se me quitó la ansiedad? ¿cuándo empecé a disfrutar y a agradecer ser yo en vez de querer escaparlo?
Benditos los cambios, bendita la vida. Bendita ternura que nos eriza la piel, nos humedece los ojos y nos da comezón en la nariz. Dan ganas de llorar al voltear hacia atrás y ver cuánto hemos superado, sufrido, cambiado y creado. Me pica la nariz y me crece el corazón. Jamás pensé sentirme así, aquí, tan pronto.
Bendita ciudad de México, las personas que me acompañan, las oportunidades que se me presentan y tú que me lees y me recibes. En este espacio donde busco abrirnos realidades diseñadas con el dedo. Donde busco honremos nuestra realidad cuando no se parece a otras y tengamos siempre los pantalones de aceptarla y de seguir caminando con ella bien puesta.
Ahora me tomo el café en casa. Cosa nunca antes vista. Me regalaron una Nespresso (la cual adoro) y tengo dos prensas francesas para cafés que me traje de viajes. La Nespresso se inventó para tener constancia en el café a diario. Independientemente de la mano, la prisa o las ganas del barista, la misma cápsula siempre sale igual. Tal vez la promesa de constancia fue lo que me hizo comprometerme con la maquina sin darme cuenta. Pero se ha vuelto mi primer ritual de casa y uno que saco en termo para mis vueltas a visitar a mis negociantes de antiguedades.
Hoy quiero ir a un paseo contigo y nos ofrecen tres cafés para salir a caminar e integrar estas ideas:
El espresso:
LA DISCIPLINA ES EL NUEVO SEXY.
Disfrutamos más nuestra existencia cuando disfrutamos quienes somos. Estar orgulloso de ti tendrá todo que ver con la percepción que tienes de ti. Hecha de cómo te tratas, cómo te respetas, cómo te retas y superas. Cómo te sorprendes.
La seguridad viene de mantener tu palabra. De atreverte a descubrir qué quieres y después dar los pasos para dártelo. Este proceso siempre va a necesitar disciplina. Que tu mente sea firme y tu voluntad también, apesar de sentirte como sea que te sientas. La disciplina es ese pegamento que nos une a lo que queremos ser y hacer. La disciplina forja el carácter y nos hace sentir que estamos parados en una columna vertebral fuerte. Esto nos da una confianza en la vida que permite que la transitemos con más facilidad.
Se forja con el ejercicio, poniendo límites (hacia nosotros y hacia los demás) y saliéndonos de nuestra zona emocional para entrar en nuestra zona de compromiso y motivación. Brandear en nuestra cabeza la disciplina como algo sexy, puede ser el primer paso para empezar a ponerla en práctica. Lo que nadie te da, nadie te quita. Enfócate en darte cosas que nadie te pueda quitar.
El americano:
TE EXPANDES AL NIVEL QUE TE EXPONES.
La terapia de exposición fue mi medicina auto recetada este 2023. Exponerte es hacer exacto lo que te da miedo/pena/nervio/vergüenza hacer. La mayoría de las veces sólo compruebas que todo está bien cuando haces algo que te da curiosidad y quieres. Y que la catástrofe que se inventó tu cabeza, era eso, un invento. ¿Cuántas cosas te has privado de hacer por la idea que tienes, sin una sola experiencia de intento como evidencia?.
Mientras más te expones a cosas nuevas, más se expande tu experiencia de vida, tu campo de juego y dominio y tu flexibilidad mental. ¿Qué idea ves lejos que ahora quieres retar y traer cerca?
En una vida caben muchas. Expándete a la siguiente.